La ve a lo lejos,
paso tranquilo,
cuerpo erguido,
pantalón blanco,
roja blusa..
Adivina,
que no es ya sabe,
su aura no tiene.
La saluda,
corresponde
sorprendida,
imperceptible
su voz queda,
parece que sonríe
y sigue.
Regresan
sobre los pasos
ya recorridos,
de nuevo se cruzan.
Aun le queda sonrisa...
Y a imaginar empieza..
Una nueva herida.
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Ay me ha gustado mucho esta entrada, quizás porque relata algo vivido.
ResponderEliminarPor cierto, en respuesta a tu comentario creo que si me resulta díficil no va a ser por ese aspecto, en mi ciudad no hay mucha indigencia, pero sí que existe, aunque sea una triste gracia, existe mucha gente en esa situación, y las ayudas no son tan bonitas.
Un saludo y muchas gracias por pasar.
Y sí, miraré más al arco iris, :).