La noche ya empezada
casi a punto de la muerte pequeña
atosigan los recuerdos de la mañana.
El sol tras el lucero tiñendo de luz
el día que nace por el levante
y la luz de la luna a poniente
grande, redonda y rojiza
matizando su huida, vencida
por el astro gigante.
Y las palabras amables
sugerentes, completas,
que golpean las sienes.
remueven la conciencia
y el espíritu advierten
" Si tanto las gozaste
por qué no agradecerlas
a quien te las prodiga de gracia"
Obedezco de buen grado
aunque no esté, hoy, inspirado.
GRACIAS SUTIL SER ALADO
que te asomas sin cuidado
a este rincón descontrolado..
Paz tengas,
Fé te envuelva
Caridad ya desbordas.
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