Hermano perro

Los que de amarte se ufanan,
de tu natural medio te arrancan,
te engañan y te trasladan
a guaridas alfombradas,
de ladrillos, hierro y cemento,
y te procuran mimos y cuidados
que no habrías, si pudieras, haber soñado.

Luego te sacan de paseo
atado por el cuello,
dos metros de libertad,
y una hora escasa
de aire fresco, si madrugan,
o a respirar bocanadas
aire contaminado,
más tarde , si toca

Y para consolarte
y mantenerte vivo y reluciente
te atiborran de gránulos pestilentes
que a buen seguro aborreces.

Lo siento, perro hermano,
Tu ya no eres de este mundo
Este mundo no es el tuyo
El mío tampoco.