Proscritas son las palabras
que no se dijeron,
y las que se escribieron
sobre arena y fueron borradas
por brisas saladas
en amaneceres de luna velada.
Proscritas, sin interlocutor válido
las que se confiaron al viento
y se pronunciaron con los labios cerrados
por mejor escuchar los latidos
de pulso acelerado.
Proscritas las que se pronuncian
y dan escalofríos por que no se entienden
y si se aciertan, más todavía,
porque a toda entraña afectan.
Proscritas las palabras alentadas por impulsos
en natural diáfano concebidas
que no se enfrentan y querellan
contra juzgadores fríos y severos
que proscriben inmisericordes.
Quizá no quede ya futuro
para tiempos mejores
cada hora surgen mas y peores
y desabridos preceptores.
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¡Aún así, o precisamente por ello Ruy, debemos seguir con la convicción de nuestras sinceras palabras, que a fuerza de humanas, pueden errar pero jamás herir a sabiendas...
ResponderEliminarBesito volado.