Y atardece
un día espléndido
El sol se mece
sobre el gris nublado
y sin más luz ni rayos
que la que las nubes
le permiten, se hunde
tras las oscuras
sombras de las sierras
y tras ellas se esconde
Y los barquitos pesqueros
ya todos están amarrados
aunque aún quedan trabajos;
preparativos ajustados
a las faenas de mañana
Y un barco grande, de hierro
se aparta del muelle
maniobrando lentamente.
En su vientre grandes sacos
de un producto blanco
traído del interior en vehículos
de muchas ruedas.
Y tiene bandera francesa
Y su nombre , pintado en las amuras
se lee Braoubaddoud
si no me falla la memoria.
Y me entretengo unos minutos
hasta que enfila su destino.
Despacio hasta sobrepasar
el espigón rocoso
más deprisa luego.
Y no me preguntas.
Y no sé si estás cerca
Y no sé si estás lejos
Y no sé si te dueles
Y no sé si te quejas.
Y tú tampoco sabes
si estás, te vas o vienes.
Y... ¿qué?
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Desde Madrid, te puedo imaginar sentado en el puerto, leyendo los nombres de los barcos y escuchando al mar, mientras escribes en el aire un bello poema
ResponderEliminarTe envidio
Besossssss
Habrían sido leidos entre dos...
EliminarAunque no los nombraramos todos
Aunque tus oidos atestados
del cadencioso rumor de olas
de otras playas
se estremecieran por el estruendo
de este mar contra las rocas
Viele danken. Deu vos guard