martes, 2 de marzo de 2010

The place we live

Clamores inmensos
surgen de lo que queda
de sentimientos escondidos,
ocultos en mentiras adornadas,
enterrados por ausencias provocadas
de virtudes antiguas y probadas,
y malditas y cobardes vergüenzas.

La sacudida de tanto estrago ajeno,
solo comparable a la íntima destrucción
que la impotencia provoca
en lo que en nosotros queda de sensible humano,
advierte que no pervierten su corazón
con el odio, ni se dejan vencer por la desesperación
a la que en verdad tienen derecho.
Pero provocan una gran frustración:
El estado de bienestar que gozamos
no nos deja sonreír con la intensidad
que ellos lo hacen y nos interroga
sobre los caminos de la felicidad
que tan intensamente buscamos
en páramos de manifiesta esterilidad.

Tanto anhelo no cabe en nuestros pechos
Tanta labor ¿ es para nuestras manos?
Canciones y plegarias ellos los tienen
Nosotros oídos sordos, ojos cerrados
Y a lo más, limosnas y escasas oraciones.

Dios endiga a quien lo entiende
Dios bendiga al que se emociene
Dios bendiga a quien lo remedie
Dios bendiga a quien denuncia y advierte.

2 comentarios:

  1. Yo tan sólo me emociono, entiendo muy poco y remedio lo que puedo.

    Abrazos Ruy, siempre con cariño.

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  2. Te emociona: Es obligado por tu manifiesta sensibilidad.
    Estoy contigo: Tampoco lo entiendo.
    Lo que "puedes" es ya,un valiente remedio.
    Tu misma emocionas con tus sentidos escritos y, pues sabes, grita tu disconformidad;no todas las notas se perderán en el aire, alguna estremecerá el oído de algún poderoso

    Más abrazos y tanto cariño. Gracias.

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